1. Preparar el presupuesto.
La mejor manera de iniciar su propia pequeña empresa es de saber cuánto dinero necesita para llegar al llamado „punto de equilibrio”, y cuánto dinero necesita para cubrir sus gastos diarios. Esto puede parecer un primer paso obvio para muchas personas, pero una gran parte de los empresarios están demasiado ocupados con la gestión de los procesos corrientes en su negocio y olvidan centrarse en „la panorama general“. La clave de la disciplina financiera es el equilibrio realista entre las necesidades y las capacidades del negocio.
2. Aprender a distinguir entre sus finanzas personales y éstas de su compañía.
Es muy difícil hacer un seguimiento de los costos incurridos para su negocio su usted está pagando por sus finanzas personales. Está real la situación en la cual trabaja duro para aprender al final del mes que no tiene dinero para pagar sus cuentas personales. Si aprende a establecer un límite claro entre sus finanzas personales y éstas de su negocio, podrá planificar mejor su flujo de caja.
3. Mantener la documentación actualizada
Esto no es una tarea fácil, pero la actitud responsable hacia los documentos puede ayudarle a aprender mucho sobre su propio negocio. La mejor opción es confiar este compromiso a profesionales que ofrecen servicios de contabilidad. Desfortunadamente, muchos negocios de arranque no tienen la oportunidad financiera de hacerlo desde el principio. Bajo esta opción, los emprendedores se comprometen a conservar responsablemente todos los contratos, facturas y otros documentos importantes relevantes de sus actividades empresariales. Recuerde que una gran parte del éxito de su negocio depende de la organización y del mantenimiento de su documentación financiera.
4. Sea moderado.
Cada negocio tiene dos tipo de gastos – fijados y variables. Cada empresario deberá soportar la carga de los costos constantes, no importa si su negocio genera ingresos o no. Por lo tanto, es importante concentrarse en reducir sus costos variables siempre que sea posible. En lugar de comprar software caro, trate de trabajar con un software libre alternativo, si es posible. Tratar de organizar reuniones en Skype en lugar de viajar por largas distancias. Asignar ciertas actividades a empresas externas – buscar una oficina de contabilidad para ofrecerle servicios de contabilidad, en lugar de contratar un contable en su oficina. Lo mismo se aplica a la necesidad de asesoramiento jurídico – contactar un bufete de abogados en lugar de comprometerse a contratar a un abogado en su empresa. Ser moderado sin reducir la satisfacción que ofrece a sus clientes.
5. Contratar a un profesional que sea responsable de sus obligaciones tributarias.
Los propietarios de pequeñas empresas a menudo tratan de ahorrar dinero rellenando sólo sus propias declaraciones de impuestos. El equipo de la oficina de contabilidad Minchev Consulting Group le aconseja de no hacerlo no porque nuestro negocio está proporcionando servicios de contabilidad y asesoramiento tributario, sino porque los riesgos que usted toma no coinciden con el dinero que ahorra. Su renuncio a contratar a un profesional para responsabilizarse de sus compromisos fiscales puede causar costos muy desagradables, inesperados y grandes que podrían surgir a un etapa posterior. Y para no parecer como si le estuviéramos asustando con los inspectores tributarios malos, le daremos un ejemplo elemental que, lamentablemente, es común; Muchas empresas tienen la obligación de registrarse en virtud de la Ley del Impuesto sobre el Valor añadido, pero debido a un conocimiento insuficiente de la legislación fiscal, los empresarios no cumplen con esta obligación. Tras la verificación posterior por parte de la Agencia nacional de Recaudación, surgen pasivos tributarios que representan 20% de los ingresos realizados. Infortunadamente, el 20% de los ingresos de los últimos 5 años, es un gasto demasiado grande, lo que resulta abrumador para algunos empresarios.
La contratación de un profesional significa que usted tendrá un experto que sabe lo que está haciendo y puede aplicar las estrategias adecuadas para su situación financiera. Estas estrategias pueden ser actualizadas regularmente, de acuerdo con las leyes tributarias cambiantes.